El éxito de una escuela de idiomas no es precisamente una ciencia complicada. No es necesario ser astronauta de la NASA para gestionar con éxito y de manera rentable una escuela de idiomas, aunque es necesario tener los conocimientos y desarrollar las actividades clave adecuadamente. Hemos resumido estas claves en cinco puntos.
El método utilizado en la escuela de idiomas será el elemento diferenciador que posicione tu escuela por encima de la competencia.
El mercado está saturado de métodos infalibles que luego resultan no serlo, por lo que para tu negocio es importante invertir en un sistema de enseñanza que tenga experiencia demostrada en el sector, que dé fiabilidad y sea respetado en el mercado. Nos interesará que los alumnos aprendan y recomienden la escuela a otros que quieran aprender. El boca – oreja es un gran generador de ventas, y consigues que tus clientes sean tu fuerza comercial.
Un buen método de enseñanza es la clave del aprendizaje; en palabras de Dolors Quinquer, profesora de Didáctica en la Universidad de Castilla la Mancha “el método de enseñanza influye en los procesos mediante los cuales el alumnado se apropia de los contenidos y los integra en sus esquemas de conocimiento.”
Presta atención a las siguientes claves para determinar si un sistema es de calidad o no:
Invertir en un cuidado proceso de selección del profesorado es un elemento clave para lograr el éxito. Tener un buen equipo de profesores que entienda, comparta y conozca el método de enseñanza será el encargado de transmitir, no sólo su conocimiento, si no la imagen de fiabilidad de la escuela al exterior.
De nada sirve desarrollar una marca, local y método de enseñanza excelentes si después no somos capaces de seleccionar al mejor equipo que les dé valor.
Los requisitos de calidad esenciales del profesor son:
Para que un negocio funcione, es esencial que atienda a una necesidad existente en la zona donde se ubique. Como decía el legendario Ray Kroc, “Los tres elementos esenciales para lograr el éxito en un negocio son ubicación, ubicación y ubicación”. A la hora de abrir una escuela de idioma hay que considerar estos dos factores relevantes de un local ideal:
El público objetivo: Si el negocio se va a centrar en cursos para niños, es preferible elegir una zona residencial reciente, donde empiecen a establecerse familias con hijos. Si la idea es montar una escuela de idiomas enfocada a universitarios, será recomendable que el establecimiento se sitúe cerca de universidades o residencias estudiantiles.
La competencia: Es necesario realizar un estudio de la competencia en la zona de la localización para entender las amenazas de abrir un negocio alternativo. Cuanta menos competencia exista en el barrio, más posibilidad tendremos de que los clientes prefieran nuestra escuela por encima de las situadas en otras áreas. Y a pesar de existir competencia, si tienes mejores profesores, un método más efectivo y cursos y programas con mayor porcentaje de éxito, seguramente seas preferido por encima de tus competidores.
La imagen corporativa de tu academia va a ser la primera impresión que los clientes se lleven de ti y de tu negocio. De acuerdo a un estudio realizado John Bargh, de la universidad de Yale “nuestro cerebro solo necesita dos décimas de segundo para formarse la primera impresión”. Invertir en la imagen corporativa de nuestro negocio es esencial para que un cliente potencial se convierta efectivamente en un cliente. La marca de nuestra escuela, por lo tanto, deberá ser reconocible por nuestros clientes, simple pero directa, muy visual y original. La imagen corporativa de la empresa transmite la personalidad de nuestro negocio y es importante comunicar una personalidad acorde con el público que pretendemos captar.
Ya tenemos todo: el método contrastado, el local ideal, los profesores titulados, la imagen de marca… pero falta lo más importante: comunicar que existimos. Las acciones de comunicación de nuestro negocio son fundamentales para darnos a conocer y conseguir atraer al público a nuestro establecimiento. Además, forma parte de esos pequeños segundos de primera impresión que tenemos que cuidar con sumo cuidado, por lo que no debe descuidarse. Reflejar todos nuestros valores en un buen plan de comunicación dotado de estrategia, calendario, objetivos y propuestas, será lo que finalmente nos lanzará hacia el éxito empresarial.
En conclusión, como introducíamos al principio del post, el éxito no es ninguna fórmula matemática, pero conocer los elementos diferenciadores de un buen negocio es una forma de ayudar a alcanzarlo. En resumen, estar pendiente del mercado actual, transmitir una buena imagen y ofrecer un servicio de calidad, serían los puntos más importantes a tener en cuenta en el momento de comenzar un proyecto de esta envergadura.