Una coyuntura económica favorable unida a la demanda de un negocio sostenible son las principales razones por las que es ahora el momento idóneo para invertir en una franquicia de idiomas.
La tasa de paro, según la EPA del tercer trimestre de 2014, se situó en el 23,67% frente a una del 25,65% del mismo periodo del año pasado. El empleo creció en 274.000 personas en los últimos 12 meses y el paro bajó en otras 515.700. Las familias se van recuperando económicamente y buscan soluciones para evolucionar y volver a caer en la situación anterior.
El 74% de las ofertas de trabajo cualificado que se publican incluyen la necesidad de dominar un segundo idioma, los desempleados tienen la necesidad de invertir en idiomas. Por ello, las solicitudes de cursos de idiomas no dejan de crecer.
Los idiomas se han convertido en una base de la formación de los niños. Nuestra integración con Europa implica que en el sistema educativo español se hayan instaurado los idiomas como un eje imprescindible, así se demuestra por ejemplo en la Comunidad de Madrid donde se prevé que para el curso 2015-2016 habrá 30 nuevos colegios bilingües y 10 nuevos institutos bilingües. Implica la necesidad de los alumnos de aprobar las asignaturas del colegio y convierte a los centros de apoyo en la enseñanza de idiomas en un elemento fundamental para su desarrollo académico.
No solo hay demanda de cursos de niveles bajos. Las solicitudes de cursos de niveles avanzados no dejan de aumentar, los alumnos ya no buscan hacer un curso académico y olvidarse de la academia de idiomas. Permanecen en el tiempo y demandan escuelas que impartan niveles altos en idiomas, la relación con la escuela de idiomas pasa a ser una relación a largo plazo.
Los idiomas han pasado de ser el futuro a ser el presente. Nos encontramos en la época de los emprendedores y de la apertura de fronteras, donde los idiomas son necesarios para cualquier ámbito de la vida. Invertir en una franquicia de idiomas es la posibilidad de combinar estas dos tendencias de actualidad.